Desde hace varias décadas, una serie de prácticas y técnicas orientales han llegado con fuerza a occidente. Un programa nuevo que como arquitectos nos toca empezar a resolver con mayor frecuencia, y que plantea interesantes desafíos desde el punto de vista funcional, ambiental y estético.
Estas disciplinas se centran completamente en el ser humano, ya que buscan trabajar y satisfacer sus necesidades físicas, psicológicas y espirituales, y por eso nos parece importante analizar cómo están siendo resueltas espacialmente por los arquitectos. Muchas de las operaciones adoptadas en estos espacios generan ambientes propicios para la reflexión, la introspección y la sanación, y por lo tanto podrían aplicarse también en otros programas relevantes, como la vivienda, los espacios educativos, hospitalarios y hasta en oficinas.
La idea de este artículo es sacar lecciones de los mismos proyectos ya publicados en nuestro sitio, con el fin de realizar una especie de guía de diseño que ayude a nuestra comunidad de lectores a referenciarse de manera efectiva.
Espacios
Aunque cada práctica puede requerir de características específicas, la mayoría se realiza en un gran espacio central abierto, acompañado por una serie de recintos de apoyo.
Sala principal
Este es el espacio central del edificio, donde se reúnen las personas para realizar la práctica, y generalmente es una planta libre, flexible y adaptable a diferentes usos. Para determinar sus dimensiones, se pueden utilizar las medidas estándar de un colchoneta de Yoga, la que completamente estirada se despliega en un área de aproximadamente 1.70 x 60 metros. Se sugiere dejar al menos 50 cm de distancia entre las colchonetas, para permitir el libre movimiento de los usuarios durante los ejercicios.
Algunas de estas salas presentan una pequeña tarima o área elevada donde se ubica el instructor o guía de la sesión, y es bueno agregar estantes o mesones para que las personas puedan dejar sus implementos durante la clase (botellas de agua, toallas, mantas, zapatillas). Usualmente la sala presenta espejos en uno o más muros, pero esto depende de las necesidades y el gusto del cliente.
Pensamos en la arquitectura de los templos, en espacios introvertidos y silenciosos, en lugares que miran hacia adentro, de luz tenue y cambiante. (...) Pensamos en el espacio que necesitamos para poder mirarnos hacia adentro.
DX Arquitectos, sobre su proyecto 'AYC' en Santiago de Chile
Baños / Vestidores
No todos los centros incluyen vestidores, pero es bueno agregarlos si existen los recursos y el espacio. En caso de no contar con ellos, es posible aumentar las dimensiones de los baños para permitir que cumplan ese doble uso. Para lograr este objetivo y permitir que el espacio sea ocupado por más de una persona a la vez, en varios proyectos se separa el área del inodoro del lavamanos, quedando este último asociado a una especie de camarín pequeño, que además puede incluir lockers, estantes y bancas.
Los baños deben ubicarse en una zona contigua a la sala principal, de fácil y rápido acceso desde la entrada principal del edificio.
Circulaciones
Las circulaciones ganan una gran importancia en este tipo de proyectos, ya que no sólo pueden funcionar como corredores o pasillos, sino que pueden contener espacios de almacenamiento, zonas de espera y descanso, o hasta una recepción. Algunos casos aprovechan también los muros para incorporar estanterías empotradas.
Otras consideraciones
Dependiendo del encargo recibido, el edificio puede incluir varios salones, además de cabinas de masajes o áreas mojadas de jacuzzi, saunas y piscinas. La altura de los espacios queda a elección de cada cliente y arquitecto, pero la sala principal, al menos, es diseñada en la mayoría de los casos con una altura mayor al resto de los recintos.
Condiciones Ambientales
Acústica
Existe la creencia de que estos espacios deben ser totalmente silenciosos, pero justamente la idea de estas disciplinas es poder desarrollarse a pesar del ruido del ambiente. De hecho, en muchos casos se recomienda realizarlas totalmente al exterior, ya que muchos sonidos de la naturaleza pueden ayudar a una mejor realización de las diferentes prácticas. En el caso de salones cerrados, estos sonidos (e incluso aromas) pueden integrarse al incorporar patios o jardines interiores que atraigan aves, incluyan agua en movimiento, y/o permitan el paso del viento.
Obviamente, si alguna práctica requiere de silencio total, el diseño debe permitir que el espacio pueda quedar aislado completamente.
La premisa de diseño fue crear un centro en constante contacto con la naturaleza. Para esto se planteó crear una losa jardín en todo el predio, a la cual se le hicieron perforaciones para crear patios interiores en donde se generaron jardines. Los espacios y sus usos se relacionan constantemente a través de los patios y jardines.
Ambrosi I Etchegaray, sobre su proyecto Spa Querétaro en Querétaro, México
Ventilación
Este es un tema fundamental en este tipo de prácticas, ya que todas utilizan la respiración como base de su desarrollo. Es importante permitir la ventilación cruzada a través del salón, asegurándose que exista una cierta corriente que renueve el oxígeno en su interior, durante la sesión o en momentos en que la sala no esté siendo ocupada. Para esto se debe generar una primera abertura en la fachada que recibe los vientos predominantes, y una segunda abertura (preferentemente mayor) en el muro opuesto.
Iluminación
La luz permite cualificar ambientalmente el espacio y puede ayudar a conducir la intensión de la práctica que se está realizando. En el caso del Yoga, la conexión directa con el sol es fundamental en muchos de sus ejercicios. Es por eso que siempre se debe privilegiar la iluminación natural, y es necesario incorporar sistemas que permitan regular su intensidad, permitiendo oscurecer el espacio totalmente si es que fuese necesario.
Con el fin de evitar el deslumbramiento, en la mayoría de los proyectos presentados este artículo la luz no cae directamente sobre las personas, y se han utilizado aberturas cenitales, ventanas a ras de piso, pantallas difusas, y patios de luz que rodean al salón principal.
Si las practicas se realizarán durante la noche, la iluminación artificial elegida debe ser cálida y también regulable.
La construcción se transforma con los cambios de luz, logrando de esta forma un equilibrio con su entorno natural, que se transmite al interior de sus espacios y por ende a los usuarios del proyecto.
Carolina Echevarri + Alberto Burckhardt, sobre su proyecto 'Yoga-Kamadhemy' en Cundinamarca, Colombia
Estética y Materiales
La estética del espacio depende totalmente del requerimiento del cliente, pero en rasgos generales, se deben evitar los elementos distractores o las decoraciones exageradas. Se recomienda utilizar materiales cálidos y colores suaves (o directamente blanco), para ayudar a los asistentes a lograr un cierto grado de concentración inicial. Al ser prácticas que se realizan en contacto permanente con el suelo, los pisos generalmente son revestidos de madera o en materiales más bien 'blandos' y cálidos al tacto.
El objetivo del proyecto es la generación de espacios donde los materiales, el mobiliario, la iluminación y los colores acompañen la práctica del yoga, generando una transición tranquila en el recorrido. Se trata de espacios relajados y acotados que permiten que el usuario pueda dejar en la calle el ritmo de vida ajetreado para ir conectando, poco a poco, con el cuerpo y un espacio mental sereno.
Studio Shito sobre su proyecto 'YogaOne Mandri' en Barcelona, España
Orientación y Geometría
Algunos de los proyectos presentados se basan espacial y geométricamente en los postulados tradicionales de las diferentes prácticas, ya que muchos aseguran que ciertas orientaciones y configuraciones podrían aumentar la efectividad de los ejercicios.
Por ejemplo, se habla de algunas direcciones cardinales beneficiosas, como el Este (desde donde viajarían ciertas energías sutiles acompañando al movimiento de la Tierra) o el Norte Magnético (cercano al Norte geográfico, que nos permitiría alinearnos con el campo magnético de nuestro planeta). Otros casos han tomado como base de diseño el estudio de las geometrías sagradas, e incluso han realizado levantamientos radiestésicos del terreno para informarse de las energías benignas presentes en el sitio del proyecto.
Estas referencias -más bien orgánicas- nos permiten soltar un poco la rigidez de un diseño más práctico, para pasar a generar formas curvas o circulares que pueden llegar a repercutir positivamente en la experiencia del usuario en el edificio.
¿Has diseñado un espacio parecido o realizas estas prácticas frecuentemente?
Te invitamos a compartir tu experiencia en la sección de comentarios.